La Fábula del Zorro y el Pavo Real

En un bosque lejano vivía un zorro astuto, conocido por ser veloz y siempre ingenioso. Un día, mientras deambulaba, se encontró con un pavo real de plumas resplandecientes, quien siempre pavoneaba su cola para atraer la atención de todos los animales del bosque.

El zorro, curioso, se acercó y le preguntó:
—Pavo real, ¿por qué siempre exhibes tus plumas con tanto orgullo?

El pavo real respondió:
—Porque estas plumas son mi mayor riqueza. Mira cómo brillan al sol. Todos los animales me envidian y admiran. Soy el más rico en belleza del bosque.

Intrigado, el zorro decidió enseñarle una lección al pavo real. Al día siguiente, cuando el pavo real desplegó su plumaje, el zorro comenzó a elogiarlo exageradamente, atrayendo a todos los animales para que admiraran al pavo.

En medio de la atención, el zorro hizo una señal y, de repente, llegó una fuerte tormenta que comenzó a mojar las plumas del pavo real. En cuestión de minutos, sus plumas empapadas perdieron el brillo, y todos los animales se marcharon.

El pavo real, avergonzado, bajó la cabeza. El zorro, con una sonrisa sabia, le dijo:
—La riqueza verdadera no es aquello que brilla por fuera, sino lo que llevamos por dentro y no se pierde con una tormenta.

Desde entonces, el pavo real aprendió a valorar más su bondad y amistad con los otros animales que la belleza efímera de sus plumas.


Moraleja: La riqueza más valiosa es aquella que no depende de lo que poseemos o de cómo nos ven, sino de quiénes somos por dentro.

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