La parábola del bambú y el roble:

Había una vez un gran bosque donde vivían un bambú y un roble. El roble era fuerte, robusto y con una presencia imponente. Se sentía orgulloso de su fuerza y se burlaba del bambú, que era delgado y se inclinaba con el más mínimo viento. El roble pensaba que el bambú era débil y que nunca podría soportar una tormenta real. Una noche, una gran tormenta azotó el bosque. El viento soplaba con una furia incontrolable, arrancando ramas y tumbando árboles. El roble, por más que intentó resistir, no pudo evitar ser arrancado de raíz y cayó. Pero el bambú, a pesar de ser golpeado por el viento, se doblaba y se balanceaba, siguiendo el ritmo de la tormenta hasta que esta pasó. Al día siguiente, el bambú estaba de pie, intacto, mientras el roble yacía en el suelo, derrotado. El bambú entendió que su flexibilidad era su fuerza, que a veces en la vida es más valioso adaptarse y fluir con las dificultades en lugar de resistirse a ellas con rigidez. Lección: La verdadera fuerza no siempre está ...